El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, asegura que nunca ha pagado por ninguna mujer, en medio de la polémica generada por las fiestas con jóvenes en sus propiedades de Cerdeña y Roma, que la Fiscalía de Bari investiga por un supuesto delito de inducción a la prostitución."Nunca he pagado por una mujer. Nunca he entendido qué satisfacción puede existir si no existe el placer de la conquista", afirma el político en una entrevista al semanario italiano "Chi" que saldrá publicada mañana y de la que hoy los medios de comunicación del país adelantan algunos extractos.
En la primera entrevista de temática personal que concede tras estallar el escándalo por las fiestas en sus propiedades, Berlusconi aborda toda la polémica surgida tras las declaraciones de la joven Patrizia D'Addario, quien asegura que cobró 1.000 euros por asistir a una de sus celebraciones y que ha presentado a la Justicia italiana grabaciones sobre los eventos.
El primer ministro explica que, si hubiera sospechado que en su entorno se encontraban prostitutas de lujo, se habría quedado a mil millas de distancia.
"Ninguno de mis invitados ha sido nunca sometido a ningún registro personal. Si después alguno abusa de mi cortesía y de mi buena fe y viola mi privacidad, éste es un comportamiento que le descalifica a él, no a mí", incide.
"Detrás de la investigación de Bari está alguien que ha dado una orden muy precisa y muy bien retribuida a esta señora D'Addario", añade el político, quien insiste en su teoría del "proyecto subversivo" para derrocarlo.
Según el mandatario, no existe nada por lo que tenga que pedir disculpas, algo que no pueden decir muchos directores de periódicos, que, afirma, "deben avergonzarse y excusarse" con él.
En la entrevista, Berlusconi se refiere al empresario Giampaolo Tarantini, a quien la Fiscalía de Bari investiga por supuesta inducción a la prostitución a raíz de unas escuchas telefónicas interceptadas en base a otra investigación, en las que hablaba sobre las fiestas del jefe del Ejecutivo de Italia.
"Lo conocí el pasado verano en Cerdeña y me fue presentado como un empresario serio y estimado. Ahora que está en el centro de una investigación, pienso que para él, como para cualquier ciudadano implicado en una acción judicial, debe valer la presunción de inocencia", apunta el primer ministro.
Sobre las repercusiones personales que este escándalo ha tenido en su familia, Berlusconi asegura que "el dolor por el fango" que han intentado echarle encima a él y a su entorno les ha unido aún más.
Por primera vez, el político aborda en una entrevista la petición de divorcio que su segunda esposa, Verónica Lario, decidió emprender tras conocerse que el mandatario había acudido al 18 cumpleaños de la joven Noemí Letizia, cuya relación con él aún no queda clara.
La separación de Verónica Lario "ha supuesto una herida muy dolorosa. No sé si el tiempo la podrá cicatrizar", comenta el político y empresario, quien asegura que está "triste, pero sereno" en un momento en el que ve cómo fracasa su segundo matrimonio.
"Lo que es cierto -apunta- es que la nuestra ha sido una gran historia de amor. Y las verdaderas historias de amor no se borran nunca".