martes, 1 de marzo de 2011

PREMIOS




Querido lector, he pasado casi las 24 horas anteriores a estos escritos, gimoteando de emoción. Emoción desbordada y casi exagerada, quizá, por mi avanzado estado ya de gestación, no digo que no.
Quizá también porque, mi querido tío Eugenio ha concedido un premio a mi blog, y eso me llena de inmensa emoción.

No puedo dejar de decir, que si bien a sido así, sin sobornarle ni nada, lo cierto, es que no puedo evitar pensar que algo de trampa sí hice...
Bastó un día en nuestra casa en la sierra, con una comida, para que se acercara a mis escritos. Y si bien ya sabía yo que "al hombre se le conquista por el estómago", es también bien cierto que no hay blog que aguante dos entradas si es que no interesa al espectador, y por muy buenas viandas que le ofrezcas, ni media soporta algo tedioso y empalagoso.

Así que estamos en tablas, y si malas artes utilicé, algo de mérito tienen que tener mis entradas para recibir un premio. Por ello, no puedo estar más feliz de recibir dicho galardon, que no sé si es merecido o no, pero ahí queda.

Dicho galardón me satisface doblemente, pues es a quien pretendía yo darle el premio, Pues no hay blog que últimamente siga más. Así que no hay mayor premio, que quien de tan blancas manos es concedido, y devuelto queda a su destinatario, pues mi ganador es sin duda el Tío Eugenio, y no es peloteo.



En cuanto a la definición que de mi personaje tengo que hacer, para ser merecedora de tan alta distinción, poco he de decir que sea ya consabido por quienes me siguen más o menos fervorosamente.

Conocida hasta la saciedad por mis conocidos y demasiado desconocida para quienes se acercan a mis escritos, pecaría de ingénua al pensar, que mi verdadera esencia y personalidad, esa que a mi me está vetada, no se trasluce en lo que escribo, por mucho que sepamos los escribanos, que el personaje de autor debería quedar en la sombra y no dejar translucir ni un ápice de sus demonios o sus encantos, que para eso es contador de historias y no de sus propias conclusiones.

Sin embargo, empachada de orgullo, con la oportunidad que me ofrece el premio de explayarme un poco, no puedo menos que añadir unas cuantas pinceladas a un cuadro que seguramente, no volveré a pintar.
Al menos con los mismos trazos, pues el tiempo, ya se encargará de empolvar o guardar, quizá para torturarnos con su deterioro.

Cuarentona, soñadora, escritora, arqueóloga y madre por añadidura de una criatura que se dedica a romper puertas de jardín con un patinete, mientras otra crece en su seno, me defino siempre como personaje audaz, en los tiempos que corren, capaz de vivir de las más absurdas inutilidades, que me llenan hasta el mismo borde.

Porque vivo de la fantasía que constantemente creo en mi cabeza. Vivo de leer sin medida o de escribir sin tregua aunque las croquetas se estén quemando en el fuego. Me alimento de una tarde jugando con un niño de cinco años. De la ilusión de volver a tirarte por un tobogán sin recordar que tienes una lesión de espalda y no deberías correr aventuras innecesarias.
Bebo de los recuerdos, de los personajes que fui y ya no soy. Respiro, pensando que de aprender de otros, de tener nuevas experiencias, cerca o lejos de casa, está conformado lo que sé y lo que soy, que no vale ni para que en el curriculum valoren tu esencia o te concedan un escritorio, un ordenador y un pobre sueldo, con el que pagar las facturas que se acumulan sin abrir, y algunas sin pagar, en la entradita de casa.

En el mundo real soy personaje inútil, un poco fracasado y sobre todo ingénuo, que sigue pensando que de pedazos de sueños, de recortes de historias y de saber extinguido y enterrado en un yacimiento olvidado en la cima de la montaña, se puede fabricar un personaje que deja una huella en los corazones de quien se acercan a su soledad.
Porque soy soledad coloreada. Ingénua presencia en un mundo que no acepta a los mercaderes de sueños. Escritora que deja apilados sus escritos en el fondo de un armario que no se atreve a abrir. Arquéologa de la ironía de saber que nada es en el fondo tan verdad como el momento que vivimos, que sentimos, que experimentamos en cada instante y que mañana olvidaremos, simplemente ya no será.

Reina sin embargo de Imaginaria soy en mis escritos. Hada buena que gobierna un mundo transparente y lleno de magia que me gustaría entregar a mis hijos como legado cuando ya no esté aquí, cuando crezcan y comprendan que de otros paisajes, también pueden sacarse las más bellas conclusiones.

Poco más...

HOLA A TODOS, CUARENTONES Y DEMÁS ANIMALES...

QUERIDOS CIBERNAUTAS.
CONFIESO QUE ME HE LANZADO SIEMPRE A LAS MÁS TREPIDANTES AVENTURAS. HOY EMPIEZO OTRA, QUE PARA MÍ ES DE LO MÁS INTERESANTE Y ARRIESGADA: ESCRIBIR MIS IMPRESIONES Y MI VIDA POR INTERNET.
¿YO?. YO, QUE SOY CARNE DE DIARIOS ESCRITOS A PLUMA Y RATÓN DE BIBLIOTECA. YO, QUE ANTES DE BUSCAR UN DATO EN EL GOOGLE, SOY CAPAZ DE REVOLVER LA CASA ENTERA PARA ENCONTRARLO EN MIS LIBROS...
SIN EMBARGO, AHORA QUE ESTOY YA EN EDAD DE MADURAR, AHORA QUE HAY QUE IR CON LOS TIEMPOS Y QUE PARECE INEVITABLE EL DECLIVE, BUSCO UNA MANERA DE ENTENDER LA REALIDAD, UNA ALTERNATIVA A DEJARSE LLEVAR POR LO INEVITABLE.
PUEDE PARECER FRÍVOLO O IRREVERENTE, PERO CON MIS CUARENTA AÑOS, ME GUSTARÍA PENSAR QUE AÚN PUEDO APRENDER ALGO DE LA AVENTURA DE VIVIR.
COMO OS DIGO, DISPUESTA A LOS CUARENTA Y A LOS QUE ME ECHEN...