jueves, 12 de noviembre de 2009

MI CUMPLEAÑOS

Hola a todos, cibernautas.
Hoy es mi cumpleaños.

No quería pasar por un día como hoy, (en realidad un jueves cualquiera, con las obligaciones y las cosas de siempre, donde nadie de quienes me rodean parecen saber que cumplo 42 años) sin hacer una parada por aquí: por mi blog.

No sé muy bién qué decir.
En realidad, no quiero hacer una apología sobre los cuarenta ni sobre esa pretendida crisis que dicen que las mujeres, y muchos hombres también, pasamos cuando somos conscientes de que ya no somos tan jóvenes. Cuando nos damos cuenta que en realidad la madurez ya no está a la vuelta de la esquina, sino que vivimos en ella.

No la siento, la verdad. Ni la crisis ni la decadencia. Ni siquiera me preocupa que mi cara vaya pareciendo más una uva pasa que ese terso rostro que sale en los anuncios de cremas que yo me niego a utilizar.

Supongo que me engaño, claro. Mi tía, que se quedó ciega hace ya algunos años, tiene el truco de pensar que sigue como estaba cuando ella podía verse la cara, y eso le sirve para tener un espíritu jóven, para pensar que el tiempo ha sido benébolo con su rostro y con los estragos que hace la edad.
Sabia decisión desde luego, cuando el resultado es tan maravilloso, y sigue pensando que es más jóven que yo, su sobrina, y seguramente, tendrá razón.

Yo he decidido estar un poco ciega para algunas cosas: quitarme las gafas para maquillarme o verme la cara de cerca. A fin de cuentas si algo tiene la miopía de beneficioso es eso, que todos los detalles pequeños, simplemente no están.

Debieramos hacerlo con muchas cosas en la vida: con los errores que cometen otros y tan alegremente juzgamos, con lo que no nos acaba de gustar del todo de nuestra vida o de lo que no podemos ni sabemos remediar. Quitarnos las gafas y apreciar el conjunto, sin detenernos tanto en los detalles que afean nuestro contorno de ojos, o alrededor de la boca. Recordar como mi tía lo que éramos hace unos años y de alguna manera seguimos siendo aunque nuestra vista nos engañe.

Somos los que éramos, quiero pensar hoy en la cima de mis cuarenta y dos años. Somos aquellos niños llenos de ilusión que esperábamos el cumpleaños para ser protagonistas por un día en la vida de los demás. Somos aquellos adolescentes deseosos de que sonara el teléfono y que fuera ese chico que nos gustaba y que se acordaba de felicitarnos hoy.

Sí, es verdad. Soy esa mujer que fue creciendo sin darse cuenta y viviendo cosas que a veces le venían muy grande. Soy y sigo siendo esa niña que se arropa en invierno en la cama, con la cabeza y todo entre las sábanas porque le gustaría que fuera sábado y se pudiera dormir calentita un ratito más.
Y soy también esa mujer que se mira al espejo esperando encontrar en sus ojos todas esas respuestas para el día de hoy, que sin saber por qué se vuelven difíciles de leer, de ver, de encontrar.

Soy ilusión todavía, sueños que están por cumplir y algunos que ya se han cumplido.
Soy esperanza de vida aunque ya va quedando menos, y el miedo a veces nos atenaza, nos hace creer que hemos dejado pasar demasiados años ya sin hacer lo que realmente queríamos hacer.

Una, en días como hoy, se va preguntando cúanto tiempo le queda. Cuánto tiempo de seguir fuerte, de poder correr detrás de un enano que tira un balón al quinto pino o de seguir pensando que puede ponerse unos pantalones de las tiendas estas de la juventud, sin que te miren pensando que tienes un valor...
Una se pregunta si todavía es tiempo para atreverse a hacer muchas cosas, para soñar otras tantas, si habrá tiempo aún para hacer realidad algunas cosas que hasta ahora habíamos pensado que ya se harían realidad con el tiempo, porque quedaba y mucho.

Pero, el tiempo pasa, es verdad. Cumplir años es una buena señal, pero también nos recuerda que va quedando menos y que más vale que espabilemos si no nos queremos morir como la Abuela Flora: sin haber cumplido su sueño de ir a Canarias, que era su mayor ilusión.

¡Qué poco pensamos en el día a día en lo que es importante!. En concedernos algo de tiempo para leer un buen libro. En ahorrar para hacer realidad ese viaje que nuestra pareja tanto anhela. En regalar una jornada a nuestros hijos en el parque de atracciones, que es un rollo, pero donde los ves felices. En aprovechar a la gente que nos rodea, en dar las gracias al que nos llena el carro de la compra en el supermercado con las bolsas o en decirle a tu tía lo guapa que sigue estando, aunque no pueda ver.
Qué poco nos fijamos en los detalles importantes: en que las hojas de los árboles que no están pegadas en las copas que se van cayendo mientras vamos deprisa y corriendo a recoger a nuestros hijos o que ha pasado una ardilla a toda velocidad por delante de nuestros pies y casi la pisamos.

No nos tomamos tiempo en mirar a la cara a otros seres, que a nuestro lado viven sus miserias o sus maravillas en silencio, sin prestarnos tampoco algo de atención.

Y el tiempo pasa: ayer fue el cumpleaños pasado y antes de ayer cumplía 40 años.
Mañana quizá sea el cumpleaños que viene y me gustaría pensar que no ha sido un parpadeo en el tiempo y que todavía estamos a tiempo.

A tiempo de ser lo que hemos querido ser siempre y quizá no nos atrevemos a ser porque tiempo habrá...

HOLA A TODOS, CUARENTONES Y DEMÁS ANIMALES...

QUERIDOS CIBERNAUTAS.
CONFIESO QUE ME HE LANZADO SIEMPRE A LAS MÁS TREPIDANTES AVENTURAS. HOY EMPIEZO OTRA, QUE PARA MÍ ES DE LO MÁS INTERESANTE Y ARRIESGADA: ESCRIBIR MIS IMPRESIONES Y MI VIDA POR INTERNET.
¿YO?. YO, QUE SOY CARNE DE DIARIOS ESCRITOS A PLUMA Y RATÓN DE BIBLIOTECA. YO, QUE ANTES DE BUSCAR UN DATO EN EL GOOGLE, SOY CAPAZ DE REVOLVER LA CASA ENTERA PARA ENCONTRARLO EN MIS LIBROS...
SIN EMBARGO, AHORA QUE ESTOY YA EN EDAD DE MADURAR, AHORA QUE HAY QUE IR CON LOS TIEMPOS Y QUE PARECE INEVITABLE EL DECLIVE, BUSCO UNA MANERA DE ENTENDER LA REALIDAD, UNA ALTERNATIVA A DEJARSE LLEVAR POR LO INEVITABLE.
PUEDE PARECER FRÍVOLO O IRREVERENTE, PERO CON MIS CUARENTA AÑOS, ME GUSTARÍA PENSAR QUE AÚN PUEDO APRENDER ALGO DE LA AVENTURA DE VIVIR.
COMO OS DIGO, DISPUESTA A LOS CUARENTA Y A LOS QUE ME ECHEN...