NIEVE, NIEVE, NIEVE...

NO SABÉIS CÓMO ESTÁ SAN RAFAEL ESTA MAÑANA. NO SE VE UN SOLÓ HUECO SIN NIEVE. ¡ESTÁ PRECIOSO!.

Ayer se pasó todo el día nevando.
-¡Qué bonito, mamá, ya es NAVIDAD!.

No sé si ya es Navidad, desde luego lo parece, pero nevando está y mucho. Creo que nunca había visto tanta nieve junta en todas partes.
La verdad es que parece un belén todo nevado.
Al verlo uno no se da cuenta de que las carreteras son una pista de patinaje y que si sales un segundo al jardín, aparte de llenarte de nieve hasta las rodillas, casi no se puede andar de lo alta que está la nieve.

Yo, urbanitas de la capi, al fin y al cabo, que no ha visto nieve más que en uno de esos afortunados días en que en Madrid cae un poquito de nieve y todo el mundo sale a dar una vuelta para no decir que la hemos visto, estaba un poco horrorizada.
¿¿¿Cómo voy a llevar a mi enano al cole, cómo ir a la compra sin partirme la cabeza, cómo llegará Antonio a Madrid en bus, con su traje y corbata y sus zapatitos de vestir???.

El día se presentaba como toda una aventura, pero, como la vida es lo que vivimos día a día y a lo que nos tenemos que acostumbrar, pues ala, ahí me me véis a las seis de la mañana, buscando los útiles de la nieve y rezando a todos los santos para salir de casa con la cabeza muy alta y los pies muy firmes.

Después de desayunar y ver otro capítulo repetido de Pocoyó, salimos los dos sin saber si podríamos llegar al bus de niños para ir al colegio. Así que nos hemos puesto como robots de tanta ropa que llevábamos y hemos salido a la aventura.

¡Realmente ha sido una aventura!.

Nos agarrábamos a donde podíamos para no resbalar y fijaros cómo estábamos de concentrados en no caernos, mi niño y yo, que ni siquiera hemos visto un accidente que ha ocurrido casi a nuestro lado.

Tres coches se han chocado por el hielo. Yo he visto que la calle estaba cortada con un triángulo de esos, pues nada, han cogido los tres coches, y haciendo caso omiso, se han saltado el triángulo y ala, a los dos minutos ya había un coche empotrado en otro, ese en un árbol y el tercero en la señal de stop. ¡Que parar han parado, pero de qué manera!.

-¡Y es que la gente no se entera!, me ha dicho una señora mientras dejamos a los niños en el bus. Que con tal de salir a la nieve, ver como está todo de bonito no se fijan en nada. También los hay que para llegar pronto al trabajo, se saltan hasta las señales, como si estuvieran de adorno, vamos. Que son unos inconscientes, que hay que tener un poco de cuidado, hombre, que no se puede ir como locos.

El samur y la policía estaban parando el tráfico , mi hijo no paraba de decir que los coches se habían roto y pum, se han chocao, mamá.

Pues empieza bien el invierno y la Navidad.
Seguiremos informando...