Manipulación de las frutas:
1. Al llegar a casa, hay que liberar las
2. Se aconseja manipularlas con cuidado a fin de no causar roturas que aceleran su descomposición.
3. Eliminar los ejemplares que estén deteriorados, por ejemplo, las frutas con inicios de putrefacción, para evitar que contagien al resto.
4. Hay que lavarlas muy bien bajo un chorro de agua limpia, sobre todo cuando se vayan a comer crudas y no se pelan.
5. Las más pequeñas y delicadas, como fresas, frambuesas, moras, etc., han de enjuagarse en un colador.
6. Antes de trocear y servir las frutas crudas que tengan piel resistente como los melones y las sandías (cuando sirva estas frutas en un plato compuesto), lávelas a conciencia con un cepillo destinado exclusivamente a ese uso y con abundante agua.
7. Lavarse bien las manos antes de tocar la fruta. Si se ha manipulado antes alimentos crudos, aseguremos de que la superficie y los utensilios que se han utilizado y nuestras manos están perfectamente limpios antes de ponerlos en contacto con la fruta.
8. Cubrir cuidadosamente los recipientes que contengan fruta cortada. Guardar la macedonia de frutas o cualquier fruta cortada en el refrigerador hasta minutos antes de servirla.
9. Leer y seguir las indicaciones del envoltorio de las frutas envasadas, tales como "Conservase en frío", "Consumir preferentemente antes de...", o "Caduca el...".
Al cocinar
Pelado, troceado, batido...
Para evitar en lo posible la pérdida de vitaminas conviene:
1. No realizar un pelado profundo: la parte más externa de las frutas (debajo de la piel), es la que concentra mayor cantidad de vitaminas, por lo que un pelado profundo conduce a pérdidas importantes de estos nutrientes.
2. Preparar las macedonias, los zumos, los batidos o los purés de frutas poco antes de su consumo. Añadir un poco de zumo limón y emplear utensilios de materiales inoxidables para su pelado o troceado.
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