Decenas de miles de cristianos, entre ellos muchos árabes que cuentan con ciudanía israelí, asistieron a la misa en la ciudad ubicada al norte de Israel, según informó la corresponsal de la BBC en Medio Oriente, Katya Adler.
Nazaret es predominantemente de origen musulmán y los cristianos constituyen aproximadamente un tercio de la población árabe de la ciudad, lo que ha sido motivo de fricciones entre ambas comunidades y a las que Benedicto XVI se refirió en su sermón.
"Insto a las personas de buena voluntad en ambas comunidades a reparar el daño que se ha hecho, a la fidelidad en nuestra creencia común en un Dios, padre de la familia humana y a trabajar para construir puentes y encontrar el camino hacia una coexistencia pacífica", dijo el Papa.
"Que todo el mundo rechace el destructivo poder del odio y el prejuicio que mata las almas de los hombres antes de matar sus cuerpos", afirmó.
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