Reino Unido ha despertado este lunes con el debate lanzado por el Royal College of Physicians, el más antiguo colegio de médicos del país, que ha propuesto al Gobierno que se obligue por ley a los ciudadanos a dejar por escrito si están o no dispuestos a donar sus órganos tras su fallecimiento, una elección que quedaría registrada en una base nacional de datos. Además de las dos claras respuestas - "sí" y "no"- se propone una tercera opción: "consulten a mis familiares".
La idea se propone considerando que sería la única manera de paliar la escasez de órganos, causa de más de un millar de muertes cada año en este país que podrían evitarse mediante trasplantes.
Una encuesta publicada por el diario The Independent refleja que aunque un 96% de los británicos aceptaría someterse a un trasplante, sólo un 27% se ha ofrecido a donar sus órganos a su muerte. Mientras, casi la mitad de los ciudadanos señala que le gustaría donarlos, pero no ha dado el paso de inscribir su nombre en el registro de donantes voluntarios.
Una base nacional de datos recogería la elección de los ciudadanos si están o no dispuestos a donar sus órganos tras su fallecimiento.
Sólo el 27% de los británicos decide donar sus órganos a su muerte.
España bate cada año récords en el número de donaciones.
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