John Requa y Glenn Ficarra, otrora irreverentes guionistas de Bad Santa que debutan en la dirección, diseñan con I love you Phillip Morris una comedia indefinida e imperfecta, de tonos cambiantes, de baches melodramáticos, de risas intermitentes y de carcajadas escasas. Por un lado, el la línea de Apatow o Wes Anderson, intentan dotar su hilarante historia de un aire de tragicomedia cuasi existencial que invite a la reflexión o que pretenda vender una lectura seria, mientras que por otro alardea de vulgaridad, de chistes fáciles, de bromas más bien tontas y, lo peor de todo, de una obsesiva fijación por revolcarse en todos y cada uno de los tópicos y estereotipos del mundo gay: la frivolidad, la promiscuidad, el gusto por el escándalo y las estéticas y los comportamientos asociados a ello.
Vodevil tan absurdo como lleno de altibajos, amigo de la provocación gratuita y del escándalo facilón y fallido en el aspecto dramático, despierta un puñado de sonrisas y un par de carcajadas, pero no pasa de ser un entretenimiento que, según los gustos, irá de la bobada extrema a la broma apreciable.
Fuente: cinissimo.com
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